jueves, 19 de enero de 2012

Ni son los primeros, Ni serán los últimos

En los medios  de comunicación masiva se ha hablado mucho últimamente de Los Ninis, explicándolos como gente joven que ni estudia ni trabaja. Me parece aberrante este término para describir a una parte de la población que no está registrada en ningún tipo de institución ya que aunque se dediquen a algo la verdad es que no pudieron ser contados más que por resta. O sea que la población económicamente activa o la que se asume como estudiante pertenece a alguna institución educativa y la gente de cierta edad de la que no se encuentran registros pues es la población nini.
También es cierto que los ninis no son exclusivos de esta generación(a la que también pertenesco yo) tan golpeada por las críticas sociales; que si la generación x, que si la generación violenta, que si carentes de valores, ahora nos dicen plaga por haber fracasado en un momento de nuestra vida.
Los ninis no son exclusividad de esta generación y la historia nos lo demuestra:
Comenzaré cronológicamente mencionando a las monjas y monjes que habitaban en conventos desde tiempos remotos. Tan conocidas eran sus prácticas y sus desmanes que hasta Erasmo de Rotterdam en 1509 redactó El Elogio de la locura, en donde criticaba principalmente el gasto de recursos que estos monjes presentaban y el desprestigio para la iglesia católica.
Los bohemios del siglo XIX, versados en las artes de la pintura o la música pero sin dedicarse a ello como trabajo, esperando la inspiración pacientemente en los cafecitos franceses.
Un ejemplo más claro de nini fue el genialísimo Vincent Van Gogh que fracasa rotundamente en todas las empresas que emprendía, incluyendo la de vender arte, como cobrador de deudas y como profesor de lenguas.nunca pudo entrar a la Facultad de Teología de Amsterdam incluso haciendo varios intentos. Su padre lo repudia por muchos años, la mayor parte de su vida se la pasó viviendo a económicamente a costillas de su hermano Theo quien le pasaba una modesta ayuda debido a su enfermedad mental. Aunque su producción artística fue muy basta no logró vender en vida mas que un cuadro El viñedo rojo.
"Yo no tengo la culpa de que mis cuadros no se vendan. Pero llegará el día en que la gente se dará cuenta de que tiene más valor de lo que cuestan las pinturas" Vincent Van Gogh.
Tras el corte de su oreja y su impetuoso suicidio la gente comenzó a buscar sus pinturas. Si vida estuvo plaga de decepciones amorosas y rechazos, tuvo que soportar llevar el nombre de el primogénito de la familia muerto de niño. Vincent.
Otro ejemplo de nini en sentido negativo es Adolfo Hitler, entre los 18 y los 25 años vivió de la pensión que se otorgaba a los huérfanos que obtuvo a la muerte de su padre. En 1914 se alistó como voluntario en el ejercito bávaro y sirvió durante 4 años al frente, al terminar la guerra se contaba entre las bajas provocadas por el gas toxico. Por 30 años fue lo que se consideraba un hombre fracasado hasta que se unió a un pequeño partido político radical de derecha, fue entonces cuando se convirtió en toda una celebridad. Su primer puesto oficial en sus años de ascenso fue el de Canciller de Reich (Canciller de Alemania) pero nuca trabajaba, se ausentaba cuando quería, no leía los documentos importantes hasta que le placía, y casi no juntaba a su gabinete. Hasta que llegó como comandante en jefe de las fuerzas armadas le llegó la inspiración para el trabajo. Ascendiendo cada vez más hasta su suicidio con la perdida de la guerra.  Cabe destacar que Hitler no tenía más educación que la que tomó al frente del ejército bávaro en el cual nunca ascendió más allá de cabo y la escuela de primeras letras.
Sea notado al final que mis dos ejemplos de vida nini terminan en el suicidio, por lo tanto, cabe la reflexión: ¿qué tanto existe el nini por convicción hoy en día, si no es un gran síntoma de una sociedad que no se ocupa de sus jóvenes? Tanto Van Gogh como Hitler tuvieron una figura paterna ausente o que lo repudiaba. Y en el caso de monjas y bohemios, solo disfrutaban la cómoda vida dada por una sociedad que no censuraba sus holgazanerías, justificando con la religión a unas y con la espera de la deseada inspiración a otros.
Erróneamente se piensa que los ninis de hoy se han convertido por sí solos o por sus padres en una plaga tremenda para cualquier país y solo tienen razón en una cosa; efectivamente hay una plaga, pero no son los ninis, es la carencia de proyectos económicos por parte de los gobiernos así como la falta de inversión a la capacitación tanto de estudiantes como de empleados. Las empresas piensan que invertir en la capacitación de sus empleados es la peor inversión ya que el empleado dejará el puesto para el que se le capacitó y vendrá otro y habrá que capacitarlo de nuevo.
 
 Muchos de los países con mayor éxito empresarial han invertido bastante en educación y capacitación. Y saben que si se les va un empleado capacitado en una cosa vendrá otro capacitado en otras dos cosas diferentes.
Pero seamos sinceros la verdad es que también la falta de proyectos y la apatía por la capacitación se refleja directamente de individuo a colectividad y viceversa. Las edades que se manejan para definir que un individuo es nini no están oficialmente establecidas, se dice que es la población joven y adolescente  sin rigor alguno.
Si bien en cierto que si gran parte de esa población es apática al trabajo y al estudio también es cierto que entre esta misma proporción de gente está la que es impedida por las trabas sociales: pobreza, embarazo prematuro, la baja posibilidad de acceder a educación media, entre otros factores.
No es posible que tantos millones de jóvenes les guste vivir como parasitos sociales, las causas que les han llevado a esa condición son diversas y no se pueden englobar en un solo termino: Nini, de manera tan despectiva como sinónimo de flojo, holgazan. No se les puede tratar como plaga social así como tampoco se puede permitir que caigan en esa condición cada vez más.
Todos tenemos derecho a ser ninis de manera temporal, eso nos ayuda a saber superar los fracasos, a levantarnos y buscar nuestros propios triunfos. Lo que los ninis necesitan es ayuda, no marginación. Si alguien es responsable, somos nosotros como sociedad, nosotros como personas que elegimos un gobierno y nosotros como personas que convivimos con ellos.
La diferencia de los ejemplos expuestos de ninis y los ninis de hoy es el destino, si, una vida que podemos recordar en el tiempo a pesar de sus defectos y una vida que quien sabe si otros recordarán. Hay que hacer la diferencia.

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